El bebé socializa

Vivir en sociedad es un aprendizaje que dura toda la vida. El bebé lo aprende poco a poco en su contacto con su pequeño círculo familiar. Después, con el paso del tiempo, perfecciona su percepción de los demás. Experimenta las primeras carcajadas y complicidades, pero también las primeras rencillas y rivalidades. A partir de todas esas experiencias, el pequeñín aprenderá a vivir en sociedad.

El bebé descubre el mundo... en su burbuja familiar

Desde que nace hasta los seis meses, el mundo del bebé se reduce a pocas personas, básicamente sus padres. Ellos son sus primeros integradores sociales. Desde muy pronto adora esa relación que se traduce en sonrisas, miradas, mimos, muecas y otras muestras de cariño.

Los hermanos y hermanas también juegan un papel importante en la socialización primaria, en la medida en que sacan al bebé de su relación exclusiva con su mamá. No es extraño que el bebé reserve un trato tan especial a su hermano mayor o al primito que ha venido a verle el fin de semana.

Entre los cuatro y los seis meses empieza a sonreír a los demás, aunque es a ti a quien siempre regala sus mejores sonrisas. Después todo cambia con la famosa etapa de "la angustia de los ocho meses". Hasta ese momento nunca niega sonrisas a todos sus conocidos, ahora, en cambio, se echa a llorar cuando no reconoce una cara.

Conocer a más gente…

Cuando el bebé aprende a andar, su mundo se amplía como por arte de magia. Ahora también sabe comunicarse, hacerse entender y cualquier ocasión es buena para hacer amiguitos de su edad. Sin embargo, aún no está preparado para compartir sus juguetes o bajarse del columpio para que otro niño suba. Ten paciencia. Las reglas de la vida en sociedad se aprenden poco a poco.

Estar en contacto con otros niños lo ayudará a forjar su personalidad. Les encanta observar a los otros niños de su edad, pero también a los mayores e imitarlos. También sabe elegir sus relaciones. Así nacen las primeras amistades.

Los abuelos también pueden desempeñar un papel en la socialización secundaria. Son un relevo de los padres, aportan otros valores, otra visión del mundo y enmarcan al niño en una historia familiar. Todo eso es importante en la construcción de su identidad social.

Con la educación preescolar, el pequeño llega a otra fase, por primera vez se encuentra en medio de un grupo de niños y tiene que aprender a afirmarse.

Es tímido, ¿es grave, doctor?

Tu niño tiene miedo de las caras que no conoce, llora cuando te alejas de él, no quiere decir "hola" ni "adiós". En resumen, es tímido. Se trata de una fase temporal pero, en algunos niños, puede durar un poco más. Quizá sea su manera de ser, pero si te parece que el niño no se interesa realmente por los demás, consulta con el pediatra para descartar cualquier problema de audición.

Ahora bien, si solo se muestra reservado y tímido, no te preocupes; eso no dice nada sobre su futuro carácter. Anímalo sin presiones a acercarse a los demás, inscríbelo en actividades. Seguro que hará amigos con rapidez.

Si se muestra demasiado agresivo con los demás niños y esa actitud dura varias semanas, es posible que se deba a un sentimiento de inseguridad. Comentarlo con un especialista en el tema puede ayudarte a aclarar esa situación.